Para la agricultura, el término agua tiene la misma importancia que la semilla. Gracias a este recurso, los cultivos crecen sanos y con buenos frutos. Sin embargo, no cualquier agua puede servir. Si el agua que se usa durante el riego contiene mucha sal, metales o suciedad, podría afectar directamente la planta: se marchitan las hojas, la raíz se debilita y disminuye la cosecha. Por estas razones es que muchos agricultores están buscando la manera de mejorar la calidad del agua que usarán para sus riegos. Al contar con agua más limpia, los resultados en el campo se notan.

¿Cuáles son los problemas más comunes del agua en el riego agrícola?

Desgraciadamente el campo agrícola no siempre cuenta con un sistema de agua tratada para riego, y esto puede desencadenar diversos problemas que afectan a los cultivos:

  • Exceso de sales.
  • Las plantas pueden no tener una buena absorción de los nutrientes.
  • Los sistemas de riego se pueden tapar.
  • Puede haber aparición de hongos y bacterias en los cultivos.
  • Mal aroma.

Usar agua no tratada puede reducir la producción, dañar la salud de los cultivos y hasta afectar la calidad del suelo a largo plazo.

¿Cómo se aplica la ósmosis inversa para mejorar el agua para riego?

Dentro de la agricultura, es posible usar un sistema de ósmosis inversa para dar tratamiento de agua para riego. Esto hace que se eliminen excesos de sales y químicos, lo que protege al suelo y el desarrollo de los cultivos.

La ósmosis inversa funciona como una solución muy efectiva cuando el agua disponible es salobre, tiene muchos sólidos disueltos o simplemente no es apta para el uso deseado. Gracias a este sistema, se logra tener agua con calidad que sirve idóneamente al riego y conservar la salud de los cultivos.

¿Qué tipo de agua puede tratarse con ósmosis inversa para usarla en los cultivos?

clasificación de agua para riego

¿Qué clasificación de agua para riego puede utilizarse? Gracias a la tecnología versátil de este sistema hay diferentes tipos de agua que se pueden tratar para convertirla apta para el riego agrícola. Ahora mismo te explicamos qué tipos de agua pueden beneficiarse con este tratamiento:

  • Agua de pozo: Muchas veces, el agua subterránea contiene minerales como calcio, magnesio o incluso metales pesados que pueden afectar la salud del suelo y de las plantas. Con la ósmosis inversa se eliminan estos componentes y se obtiene agua más equilibrada para el riego.
  • Agua salobre: El agua de este tipo tiene un contenido de sal intermedio entre el agua dulce y el agua de mar. Es común en regiones costeras y puede ser muy dañina para los cultivos si no se trata. La ósmosis inversa elimina la salinidad, protegiendo el rendimiento agrícola.
  • Agua superficial contaminada: Ríos, canales o lagunas cercanas a zonas agrícolas pueden estar expuestos a contaminantes como pesticidas, bacterias, residuos industriales o materia orgánica. La ósmosis inversa ayuda a remover estas sustancias, garantizando un agua más segura para las plantas.
  • Reutilización de aguas residuales para riego: Incluso el agua residual tratada puede aprovecharse para riego si pasa por un sistema de ósmosis inversa, logrando una calidad óptima para ciertos cultivos, especialmente en épocas de escasez hídrica.

¿Cómo saber si necesitas un sistema de ósmosis inversa para riego?

En ocasiones, los problemas que se presentan en los cultivos no son del suelo ni del clima, sino del agua. Identificar si requieres de un sistema de ósmosis inversa para riego puede hacer una gran diferencia en la salud de la producción agrícola. Te compartimos algunas señales que pueden ser clave para ayudarte a tomar decisiones:

Síntomas visibles en la producción

  • Se secan las hojas por las las orillas o se ven quemadas.  
  • Se vuelve lento el crecimiento.  
  • Las hojas se comienzan a decolorar o les aparecen algunas manchas.
  • La raíz se pone débil o comienza a pudrirse.

Estos síntomas podrían ser a consecuencia de que el agua que se usa para el riego de los cultivos contenga contaminantes y sales.

Análisis de laboratorio

Se puede solicitar un análisis de calidad sobre el agua, ya que es una de las mejores formas de saber si necesita un tratamiento. Algunas características que pueden ser indicadores y alertarte son:

  • Alta conductividad eléctrica (exceso de sales).  
  • Presencia de sodio, cloruros, nitratos o metales pesados.  
  • Nivel de pH muy bajo o muy alto.  
  • Contaminación por bacterias o materia orgánica.

Otras señales o recomendaciones comunes

  • Se hace uso del agua que proviene de pozos, un río, canal u otra fuente no tratada.  
  • Los cultivos comienzan a perder su rendimiento, incluso si hay buenas prácticas agrícolas.  
  • Se detecta la presencia de costras blancas en el suelo o alrededor de los goteros.  
  • Las plantas están en un área con suelos salinos o agua salobre.

Si detectas alguna de estas condiciones, nuestro sistema de ósmosis inversa para agua de riego podría ser la solución para mejorar la calidad del agua que usas en tus cultivos, proteger la inversión y asegurar mejores cosechas.

Costo-beneficio del uso de ósmosis inversa en cultivos

Decidir sobre invertir en un sistema de agua con ósmosis inversa para la agricultura, al inicio pudiera parecer una decisión grande, pero cuando es analizado el impacto que tendrá a mediano y largo plazo, los beneficios superan por mucho la inversión. Aquí te explicamos las razones:

Inversión inicial  

Es verdad que al instalar un sistema de ósmosis inversa requiere una inversión: el equipo, la instalación y el mantenimiento básico. Sin embargo, estos costos se amortizan con el tiempo, gracias a los beneficios que se obtienen en cada ciclo de riego.

Ahorros a largo plazo  

  • Uso de menos fertilizantes y correctores del suelo: Usar agua limpia y de calidad ayuda a una mejor absorción de los nutrientes en las plantas, lo que hace que se disminuya la cantidad de productos químicos necesarios.  
  • Reduce el riesgo de enfermedades en las plantas: Al eliminarse bacterias, sales y metales pesados en el agua, es posible que se prevengan problemas que normalmente ocupan tratamientos.
  • Hay menor necesidad de mantenimiento en los sistemas de riego: Al no tener acumulación de sarro o salinidad, los goteros y tuberías duran más y se tapan menos.

Mayor rendimiento y calidad  

  • Los cultivos crecen de forma más uniforme y sana.  
  • Se logra mejor sabor, textura y presentación en frutas y hortalizas.  
  • Hay menos pérdidas por estrés hídrico o toxicidad en el suelo.
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